miércoles, 2 de noviembre de 2011

Respirar...



Uno ve a tanta gente en el Centro, apurada corriendo de aquí para allá. La mitad de ellos con cara malhumorada o de preocupación. Pocos se dan el tiempo para levantar siquiera la mirada más arriba de sus cabezas. La estresante vida de la ciudad parece que nos atrapa a todos...

¿Cuántas de esas personas vivirán así sus días? Constantemente viendo la vida que parece llevarlos y tomar sus decisiones por ellos...

Hace falta una pausa. Bajarse de ese tren de alta velocidad que es la vida actual y darse un minuto para respirar...

Respirar es algo que hacemos automáticamente, no solemos ser concientes de ello. Pero cuando cierras los ojos y respiras todo a tu alrededor parece ir más lento. Y mientras más lo haces más conciencia tienes de tí...

Respirar y ser conciente de ello te hace sentir vivo, el hacerlo cada vez más lento lleva a tu corazón a disminuir el ritmo de sus latidos y a expander tu conciencia...

Sentir como nuestros pulmones se llenan de aire es un regalo de la vida que no sabemos apreciar...

Inténtalo... Date el tiempo de respirar profundamente y empieza a vivir más lentamente... Vale la pena...

sábado, 3 de septiembre de 2011

Qué pasa cuando los que queremos nos dejan?


Hoy todo el país está de luto por la muerte de las 21 personas que viajaban en el avión de la FACH que se estrelló en Juan Fernández. En la televisión se recuerdan sus nombres, quienes eran y qué hicieron. Mucha gente siente un gran dolor por ellos. Piensan en lo jóvenes que eran y en toda la vida que aún les quedaba por delante.

Pero la verdad es que el sufrimiento de quienes partieron fue de sólo un momento. En un segundo sus vidas se acabaron y otro camino distinto se ha abierto para ellos. Pero el verdadero dolor no es de quienes se van, si no de los que se quedan en este mundo.

La pena más grande, quienes verán afectadas para siempre sus vidas, quienes jamás podrán olvidar esta tragedia son los seres queridos de quienes murieron. Ellos son las verdaderas víctimas de esta tragedia. Porque hoy habrá esposos y esposas que ya no podrán abrazar a sus compañeros, hijos e hijas que ya no podrán sentir el amor y la protección de sus padres, amigos que ya no podrán contar con el cariño y la amistad que ellos les daban.

Quienes se quedan en este mundo son los que necesitarán del apoyo, el cariño y la comprensión de todos nosotros. Son para quienes deberemos pedir fuerza, consuelo y esperanza. Porque su vida sigue y deben ser capaces de seguir adelante y sobreponerse al dolor que hoy embarga sus corazones. 

Mis respetos para quienes murieron. Espero que hoy, sus almas estén en medio de las estrellas y puedan ver el cariño que tanta gente les ha brindado.

Y mis rezos para quienes se quedan en este mundo, añorando a aquellas personas que han partido. Que Dios ilumine sus corazones y les de la fuerza que necesitan para seguir adelante...




sábado, 27 de agosto de 2011

Por qué tantos niños son maltratados cada día por sus propios padres?


16 de Enero de 2011, una niña de 11 años murió en el choque de un automóvil contra un poste de alumbrado público. Su Padre conducía. Iba borracho.

1° de Enero de 2011, un niño de 2 años murió en un incendio que se produjo en su vivienda. Estaba solo. Su Madre y su pareja habían ido a una fiesta a celebrar el año nuevo.

19 de Diciembre de 2005, Padre arroja a su hija de 6 años desde un séptimo piso tras golpear y agredir a la madre. La niña murió inmediatamente.

Cuántas veces vemos, leemos o escuchamos noticias donde se informa del sufrimiento de niños causado por sus propios padres?. Alguien puede imaginar lo doloroso que debe ser para un niño que ama a Papá y Mamá ser maltratado por ellos?.

Cuando supe que iba a ser Padre fue tal mi emoción y la de mi esposa que no podíamos parar de hablar de ello. Llamamos de inmediato a nuestros seres queridos más cercanos para contarles de la feliz noticia. Esperamos durante 9 meses con alegría y entusiasmo y el día que él nació fue el más feliz de nuestras vidas.


Por ello no puedo entender como muchos padres tratan a sus hijos como si fueran una molestia. Sin respeto por sus sentimientos. Sin darse cuenta de la increíble bendición que es poder tener un hijo.

Para un niño sus padres son sus héroes, sus protectores, su modelo a imitar. Te siguen, te necesitan y te aman incondicionalmente. No existe nada más puro que el amor de un niño por Papá y Mamá. Sin embargo, muchos niños tienen la desgracia de llegar a hogares donde sus padres no lo son en realidad. Sólo son sus progenitores.

Padres egoístas que no se toman el tiempo de responder a su hijo cuando les pregunta "Qué es esto, Mamá?" o "Por qué las nubes están tan altas en el cielo, Papá?". Padres que no son capaces de acariciar a sus hijos. De abrazarlos cuando tienen miedo o pena. De cantarles en la noche cuando se han despertado de una pesadilla. De jugar con ellos cuando te buscan incansablemente sólo porque quieren estar contigo.

Padres que se desquitan con sus hijos cuando las cosas no andan bien en el trabajo o han tenido una pelea con su pareja. Qué descargan su violencia física y psicológica contra un niño que los ama con su tierno corazón.

Quizá sea cierto que decir: "Un niño no pide venir al mundo", es un cliché. Pero es la verdad. Ser padres nace de un acto de egoísmo personal cuando decides "Yo quiero tener un hijo" o de la irresponsabilidad de no tomar las medidas para no procrear cuando no quieres tener un hijo. En cualquier caso, hemos sido nosotros quienes hemos traído a este niño al mundo.

Es nuestra responsabilidad protegerlo, cuidarlo, amarlo y mostrarle el mundo que le dará cobijo.

Si vas a ser Padre, piensa muy bien qué es lo que significa que un ángel llegue a tu vida totalmente indefenso, sediento de cariño y ternura, y que vea en ti a la persona más importante en su mundo. Estás dispuesto a ser un verdadero Papá o Mamá?. Piénsalo muy bien, porque grande es la responsabilidad pero mayor aún la dicha de ser Padre.

Por ello cuando me indigno, me frustro y me apeno al ver que otro niño ha sufrido por causa de quienes debieran ser las personas que más lo quieran en el mundo, sólo me queda abrazar a mi hijo. Acariciarlo y hacerle sentir cuanto lo quiero y lo importante que es para mí.

Sólo me queda decirle.. Te amo Hijo... Con todo mi corazón...

viernes, 12 de agosto de 2011

Por qué no nos importa el sufrimiento de los demás?


Cada día en el mundo hay tragedias que afectan a cientos de miles de personas. Hambre, guerra, abusos, odio racial, desastres naturales. Estas tragedias aparecen en  nuestros medios como diarios, radio y televisión todos los días. Todos lo hemos visto pero, qué sientes cuando lo ves?.

Caminamos por la vida pensando en un nuestro pequeño mundo. En nuestros problemas cotidianos que a veces se nos hacen inmensos. Penas de amor, dificultad económica, soledad, amigos que se alejan y tantas cosas que oprimen nuestro corazón. Pero, que pasa cuando el problema es de los demás?.

Recuerdo que hace un tiempo una mujer de 70 años cayó al Metro en la mañana. Se decía que se había lanzado. Otros que había sido un accidente. Lo único claro fue la reacción de la gente: "Si se quiere suicidar porque no lo hace a otra hora... llegué tarde al trabajo!". "Debe ser exhibisionista para elegir tirarse cuando el Metro está lleno de gente, debe haber querido que todos la vieran!".

A alguien se le ocurrió pensar que debe pasar por la cabeza y el corazón de un ser humano para decidir terminar con su vida?. Las penas, angustias y el dolor que puede llevar a alguien a cometer suicidio?.

Las tragedias se pasean por los noticiarios en medio de noticias intrascendentes y reportajes creados para llenar el horario y no saturar. Hasta que vemos "Tragedia en Somalía, miles de niños mueren de hambre cada día". Y cuál es nuestra reacción?. Tal vez decir "qué triste" o "qué terrible" pero sin sentirlo de verdad. La misma reacción que tuve cuando lo vi.

Qué nos pasa que ya nada nos impresiona?. Que el dolor de los demás no importa?.

Si una familia es destruida por un acto de violencia no nos provoca nada a menos que conozcamos a esa familia. Pero el dolor para ellos es el mismo.

Espero que algún día recobremos esa solidaridad y ese "ponerse en el lugar del otro" que este mundo saturado de información nos ha quitado. Y volvamos a ser más humanos.


Con cariño para quienes lo están pasando mal...

sábado, 6 de agosto de 2011

Es necesario aprender a pedir perdón...


Cuántas veces tus equivocaciones han dañado a alguien?

Cuántas veces te has dado cuenta de tu error?

Cuántas veces has pedido perdón a la persona que dañaste?

A mucha gente le cuesta mucho pedir perdón. Los motivos pueden ser muchos. Arrogancia, verguenza, temor a aceptar haberse equivocado, indiferencia por el dolor causado.

El pedir perdón es algo básico en la formación de cariños y afectos. Entre una pareja, hermanos, amigos, incluso entre padres e hijos, no es posible formar una relación sólida y sana si no estamos dispuestos a pedir perdón por nuestros errores.

Cuando hieres a alguien que quieres, reconocer tu error es algo que le ayudará a curar sus heridas. Porque valoras su sufrimiento, su pena. No hay nada más triste y devastador que ser injustamente tratado por alguien importante para tí y que esa persona no demuestre en absoluto arrepentimiento por lo hecho. Sentir que no le importan tus sentimientos.

Cuando te dañan y no sientes el arrepentimiento de quien te hirió, queda una herida que cuesta mucho borrar. Esa cicatriz te acompañará mucho tiempo y las cosas de a poco dejarán de ser como antes. En cambio, escuchar "disculpa... sé que fue mi error... no quise lastimarte... lo siento mucho", es una caricia a nuestra alma, un bálsamo que permite comenzar a borrar nuestras heridas sin dejar cicatrices.

Recuerdo cuando estaba en 3°básico. Tenía 8 años. En la sala de clases la profesora pasaba lista y cuando llegó el turno de una compañera que era de piel morena, le hice una broma respecto de ello. Un comentario que encontré muy simpático. Mi compañera se echó a llorar. Lloraba avergonzada. Con mucha pena...


Cuando vi su rostro, se me apretó el corazón. Me quise morir. Me di cuenta de que mi tonta broma le había causado un gran dolor. Mis compañeros no rieron.

Al llegar el recreo me armé de valor. Me tragué la verguenza infinita que sentía y me acerqué a pedirle perdón. Desde ese día, nunca he temido reconocer mi error ante quien pueda haber dañado. He aprendido que el corazón y los sentimientos de los demás son tan delicados e importantes como los míos.

Somos seres humanos y cometeremos muchos errores. Cada día lo hacemos. Pero lo importante no es eso. Lo importante es aprender a decir de corazón... "Perdóname".

martes, 26 de julio de 2011

¿Cuál es tu estandarte?...

Todos quienes somos padres criamos a nuestros hijos de acuerdo a lo que creemos correcto. Pero siempre hay un valor principal sobre la cual gira todo lo que les enseñamos. Puede ser la honestidad, el esfuerzo, la competitividad, la rectitud o muchas otras. Traspasamos a nuestros hijos aquello que es más importante para nosotros. Nuestro estandarte. Aquello que más valoramos y que nos impulsa en la vida.

Y cuál es tú estandarte? Creo que el mío es simplemente el cariño y el amor hacia quienes son importantes para mí.


Los afectos son lo que nos llena, lo que nutre nuestra alma. El querer y sentirse querido nos hace ser humanos, pero "humanos de verdad". Y eso es lo que sin pensarlo he estado transmitiendo a mi hijo. Y me emociona ver lo afectuoso y cariñoso que es. Cómo puede prescindir de tener un juguete pero no soporta sentir que aquellos que lo quieren se enojen con él.

Sé que cada día cometo muchos errores como Padre pero si soy capaz de transmitir a mi hijo lo importante de cuidar a quienes quiere y lo quieren, estaré satisfecho, porque abre criado a una buena persona. Una persona que transmitirá ese estandarte a sus propios hijos.

Y cuál es tu estandarte?...


domingo, 24 de julio de 2011

Qué rápido pasan los días...

Cuando niño recuerdo que los días eran eternos, solía ser capaz de crear mundos enteros cada día, y el tiempo alcanzaba para el colegio, los amigos, la familia y cientos de cosas más.

Hoy, no puedo evitar sentir que los días pasan más rápido, que aquello que parece haber ocurrido sólo hace unos meses sucedió hace un par de años. Es como si la vida fuera un tren a alta velocidad y sólo estuviéramos mirando por la ventana, incapaces de bajarnos.

Esta sensación de que más que manejar nuestras vidas, somos empujados a una rutina diaria, a sentir como el tiempo se va en viajes en metro, trabajo, familia, obligaciones y que al final del día al ir a dormir parece que nos faltó tanto por hacer.

A veces quisiera ser capaz de congelar el tiempo, de pararme a mirar por mi ventana a la gente y percibir, más que a una multitud, a personas con sentimientos parecidos a los míos, con ilusiones y esperanzas, con problemas y alegrías, gente común. Pero sólo siento el bullicio, los empujones y el ir y venir de miles de seres urbanos.

Nos hace falta deternos, ser concientes de nuestro entorno, apreciar como cada minuto que nos es regalado es único e irrepetible y por tanto debemos saber vivirlo.